¿Se imagina conducir un vehículo que no necesita seguro, ni gasolina, ni carnet, ni con el que es necesario pagar el impuesto de circulación? Puede parecer una utopía o el sueño irrealizable de un ingeniero, pero nada más lejos de la realidad. El coche solar que posee todas estas características se llama Mö y ya está en el mercado. Además viene de la mano de una cooperativa española, llamada Evovelo. El invento que han hecho realidad las cuatro personas que forman la cooperativa tiene el honor de haberse convertido en el primer vehículo solar cerrado del mundo. De momento cuenta con una autonomía de 50 a 80 kilómetros y no supera los 50 kilómetros por hora, pero el Mö representa toda una revolución que puede poner la primera piedra para la proliferación de un tipo de vehículos rentables para el conductor y al mismo tiempo respetuosos con el medio ambiente.
El hecho de que no sea necesario el carnet de conducir para manejarlo y esté exento de todo tipo de impuestos y de la contratación de un seguro, radica en que el Mö de Evovelo está homologado como un triciclo biplaza y, por lo tanto, sometido a las mismas normas que una bicicleta. La diferencia es que este vehículo está completamente cerrado, por lo que se puede conducir en cualquier momento del año sin que importe que llueva o haga frío. Pero esa carrocería no está realizada con los materiales típicos que se usan en los vehículos. Las mentes pensantes de Evovelo han sustituido la contaminante fibra de carbono por un conglomerado de madera que no supone ningún perjuicio para el medio ambiente. Una batería extraíble, que obtienen la energía de la placa solar con la que cuenta el Mö, permite que el invento obre el milagro de moverse con una autonomía de hasta 80 kilómetros. Pero el vehículo de Evovelo tiene otras alternativas por si el sol escasea. También se puede recargar a través de la corriente eléctrica y además posee unos pedales para que el usuario se ponga en forma y aporte también su energía al coche.
El precio para adquirir el Mö de Evovelo ronda los 4.500 euros y se trata de un vehículo netamente urbano que permite moverse por la ciudad de una manera cómoda, barata y sin las ataduras de un coche de gasolina. Una alternativa plenamente respetuosa con el entorno que en París se va a comenzar a usar como taxi solar y que sienta las bases de una forma diferente de entender la automoción.
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