Un proyecto de directiva de la Unión Europea (UE), que podría entrar en vigor en 2019, exige que todas las casas que se construyan o restauren en Europa cuenten con un punto de carga para los coches eléctricos. En el mismo documento se indica también que al menos el 10% de todas las plazas de aparcamiento que formen parte de los nuevos edificios de la UE deberán disponer de instalaciones de recarga para el año 2023.
La noticia ha sido bienvenida por los fabricantes de automóviles, ya que el incremento del número de puntos de carga sumaría comodidad a los usuarios de los coches eléctricos e inspiraría a más conductores a decidirse por coches híbridos o coches completamente eléctricos.
Estas regulaciones apuntan también a crear la infraestructura necesaria para el auge de coches eléctricos que se pronostica para lugares como los Países Bajos o Noruega, donde se planea sacar de circulación de manera definitiva a todos los vehículos diesel. Además, el proyecto se propone como un paso seguro en el intento de disminuir y controlar la contaminación ambiental, cuyos efectos nocivos para la salud y el planeta son bien conocidos.
Por su parte, la Agencia Europa de Medio Ambiente (AMEA) anunció que la demanda de energía extra de los coches eléctricos, que podrían constituirse para la mitad de este siglo en el 80% de todos los coches utilizados, sobrecargará las redes de abastecimiento de energía. En este sentido, el organismo estima que la exigencia de suministro hará imprescindible la construcción de al menos 50 nuevas centrales eléctricas en Europa.
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