André Broesse, arquitecto alemán residente en Barcelona, es el creador del generador Betaray. Su intención es conseguir una nueva generación de placas fotovoltaicas que saquen verdadero provecho a la energía solar, una fuente inagotable a la que aún no se le está sacando suficiente partido. Para conseguirlo, ha diseñado una solución elegante, pero funcional.
Su propuesta consiste en una lente gigante de forma esférica que actúa como una especie de lupa, haciendo converger los rayos solares para lograr una mayor intensidad. Este foco de luz impacta sobre una placa fotovoltaica que se calibra automáticamente para aprovechar la trayectoria del sol. Gracias a este diseño, es capaz de generar un 70 % más de energía que las placas solares tradicionales, que tienen un rendimiento inferior al 15 % y una forma de desplazamiento mucho más compleja.
Otra de las grandes ventajas de este sistema es que no depende de las condiciones atmosféricas para seguir funcionando, como ocurre con otros sistemas fotovoltaicos. Es capaz de producir energía con cielos nublados e incluso con la propia luz de la luna, por lo que es ideal para territorios con baja exposición al sol.
¿Tiene cabida una idea así en la arquitectura actual?
Aún está por ver si el sector está dispuesto a adoptar esta nueva tecnología. Algunos incluso ponen en duda la eficiencia de este sistema. Sea como fuere, lo cierto es que André Broessel ha intentado ofrecer un producto limpio que haga del planeta un lugar menos contaminado.
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