Tifones, huracanes y ciclones son los nombres que reciben, dependiendo de la zona geográfica, las tormentas tropicales que año tras año provocan numerosas víctimas y gravísimos daños materiales. Sin embargo, a la par de este aspecto siniestro, un tifón puede considerarse una fuente de energía. Así lo demostró el ingeniero nipón Atsushi Shimizu quien acaba de inventar el primer aerogenerador para tifones del mundo.
Japón, al encontrarse en la zona de tifones más activa del planeta, es víctima frecuente de este tipo de catástrofes naturales. De hecho, en lo que va de 2016 el país ya ha sufrido seis tifones. Si bien las tentativas de Japón por desarrollar las energías renovables van por buen curso, el avance en la utilización de la energía eólica no había tenido resultados provechosos, debido en parte a que siempre se habían empleado aerogeneradores importados de Europa que no resultaban aptos para afrontar las condiciones climáticas de la zona.
Según el Laboratorio Oceanográfico y Metereológico del Atlántico, un tifón maduro produce un nivel de energía cinética equivalente a la mitad de la capacidad de generación eléctrica de todo el mundo. Por lo tanto, la posibilidad de convertir el poder destructor de un tifón en energía utilizable promete beneficios cuantiosos.
En 2013 Shimizu renunció a su empleo y desde ese entonces se ha dedicado, junto a su equipo bautizado Challenergy, a la construcción de un aerogenerador capaz de aprovechar el enorme caudal energético de las tormentas y, sobre todo, de resistirlo.
El aerogenerador de Shimizu, que podría confundirse a simple vista con un gigante batidor de cocina, cuenta en su diseño con dos características que lo diferencian de las turbinas de viento tradicionales. En primer lugar, se asienta sobre un eje vertical omnidireccional idóneo para resistir o acomodarse a los patrones cambiantes del viento. Por otro lado, incorpora el efecto Magnus, es decir, la fuerza lateral que hace que un objeto que gira se desvíe de un trayecto lineal, tal como la conducta que toma un balón de fútbol al ser golpeado con efecto. Esto garantiza un gran control sobre los álabes, volviendo a la turbina más resistente frente a los violentos embates de las tormentas.
Un prototipo del artefacto fue instalado a principios de este año en Okinawa y se espera poder colocar otro en la Torre de Tokio o en el Nuevo Estadio Nacional de Japón, donde se celebrarán los próximos Juegos Olímpicos.
Shimizu afirma que la energía de solo un tifón servirá para alimentar eléctricamente a Japón por 50 años. En consecuencia, el próximo desafío del equipo Challenergy será resolver la manera de almacenar este gran caudal energético a lo largo del tiempo.
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